marcas
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La madera de álamo es una madera blanda a semiblanda, de color blanco a crema, a veces con tonalidades verdosas o grises. Se caracteriza por su textura fina y uniforme, con un grano generalmente recto y una veta suave y poco marcada. Es una madera ligera a moderadamente pesada, fácil de trabajar y con buena respuesta a los acabados, aunque no destaca por su durabilidad natural o resistencia a la humedad.
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La madera de cedro es una madera de conífera, generalmente de color rojizo a marrón claro, conocida por su fragancia aromática distintiva que actúa como repelente natural de insectos. Es una madera blanda a semidura, ligera a moderadamente pesada, y relativamente estable con buena trabajabilidad. Su durabilidad natural es notable, especialmente contra la putrefacción y los insectos, lo que la hace valiosa para diversas aplicaciones.
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El grandis es una madera semidura y semipesada, generalmente de color rosado con variaciones hacia el gris y marrón. Se caracteriza por su grano recto, textura media y ser relativamente fácil de trabajar, clavar, atornillar y encolar. Presenta buena estabilidad dimensional y acepta bien pinturas y barnices. Es una madera de rápido crecimiento, lo que la convierte en una opción sostenible.
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La guayubira es una madera semidura a dura, de color amarillo pálido a castaño claro, a menudo con vetas oscuras que le otorgan un atractivo diseño. Se caracteriza por su textura fina a media, grano generalmente recto y buena estabilidad dimensional. Es apreciada por su resistencia moderada a alta, su facilidad de trabajo y sus buenos acabados, siendo utilizada en muebles, pisos, revestimientos y carpintería en general. En Argentina, es una madera nativa valiosa.
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igera, resistente, estable, fácil de trabajar, color claro, buena resistencia humedad, rápido crecimiento (sostenible).
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El lapacho es una madera dura y pesada, de color variable que va desde el amarillo verdoso hasta el pardo rojizo oscuro, a menudo con vetas irregulares más claras u oscuras que le dan un aspecto distintivo y atractivo. Se caracteriza por su grano fino a mediano, textura generalmente entrelazada y una notable dureza y resistencia, lo que la convierte en una madera muy durable y apreciada para construcciones pesadas, pisos, decks, muebles de exterior y carpintería de alta calidad.
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El laurel es una madera semidura y semipesada, de color amarillo pálido a castaño claro, a menudo con vetas más oscuras que le dan un aspecto atractivo y sutilmente veteado. Posee una textura fina y un grano generalmente recto, lo que facilita su trabajo y acabado. Es apreciada por su buena estabilidad dimensional, resistencia moderada y su agradable aroma característico, lo que la hace valiosa en ebanistería, carpintería fina y para la fabricación de objetos decorativos.
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La madera paraíso es una madera semidura y semipesada, de color blanco amarillento a crema, a veces con ligeras tonalidades rosadas o grisáceas. Se caracteriza por su textura fina y homogénea, con un grano generalmente recto y una veta suave y poco marcada, lo que le otorga una apariencia delicada y uniforme. Es apreciada por su facilidad de trabajo, su buena respuesta a los acabados y su estabilidad dimensional moderada, siendo utilizada en la fabricación de muebles, molduras, chapas y carpintería de interior.
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El petiribí es una madera semidura y semipesada, de color pardo a castaño parduzco, a veces con tonalidades verde oliva. Se caracteriza por su textura media y heterogénea, grano oblicuo y un diseño jaspeado atractivo, con buen brillo y estabilidad dimensional. Es apreciada por su facilidad de trabajo y buenos acabados, siendo utilizada en muebles, aberturas, revestimientos y carpintería en general.
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El pino Brasil reciclado, proveniente de estructuras o elementos antiguos, es una madera que exhibe una historia palpable a través de sus marcas y pátina desarrollada con el tiempo. Su color puede variar desde tonos ámbar cálidos hasta marrones más profundos, influenciado por su edad y exposición previa. A menudo presenta una textura rústica con posibles imperfecciones como agujeros de clavos, pequeñas grietas o variaciones en el color que realzan su carácter único. Aunque reciclado, si la madera original era de buena calidad y se ha conservado adecuadamente, puede mantener una estabilidad y resistencia aceptables, siendo valorada por su encanto vintage y su contribución a la sostenibilidad al darle una segunda vida a un recurso.
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El pino oregón reciclado de demolición de casas es una madera con historia, apreciada por su carácter único y su grano denso, resultado de un crecimiento más lento en el pasado. Suele presentar una rica paleta de colores que varía desde tonos miel y ámbar hasta marrones más profundos, a menudo con marcas y cicatrices del tiempo como agujeros de clavos, grietas y variaciones de color que le otorgan un encanto rústico y auténtico. A pesar de su origen, bien trabajado, conserva una buena estabilidad y resistencia, siendo valorado por su belleza envejecida y su contribución a la sostenibilidad al darle una segunda vida a un material valioso.
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El pino tratado es madera de pino que ha pasado por un proceso de impregnación con productos químicos preservantes para aumentar su resistencia y durabilidad, especialmente contra la humedad, los hongos, los insectos xilófagos (como termitas y carcoma) y la putrefacción. Este tratamiento extiende significativamente la vida útil del pino, haciéndolo adecuado para aplicaciones donde el pino natural no sería lo suficientemente resistente. El aspecto del pino tratado puede variar ligeramente dependiendo del tratamiento utilizado, pero generalmente conserva su color claro original con posibles tonos verdosos o un ligero residuo superficial del tratamiento.
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La madera reciclada de pinotea, especialmente aquella proveniente de antiguas construcciones en Argentina, es un tesoro valorado por su historia y belleza única. Se caracteriza por su grano denso y apretado, resultado del lento crecimiento de los pinos de antaño. Su coloración cálida varía desde tonos rojizos y anaranjados hasta marrones profundos, enriquecida por una pátina natural y las marcas del tiempo como agujeros de clavos, hendiduras y variaciones de color que narran su pasado. A pesar de su origen, bien trabajada, conserva una notable dureza, estabilidad y resistencia, siendo apreciada por su encanto rústico y su contribución a la sostenibilidad al darle una segunda vida a una madera noble.
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La madera de roble reciclada, proveniente de estructuras antiguas, muebles en desuso o incluso restos de demolición, exhibe una rica historia a través de su pátina y posibles marcas del tiempo como agujeros de clavos, rayones o variaciones en el color que van desde tonos miel hasta marrones profundos. A menudo presenta una mayor densidad y estabilidad debido al crecimiento más lento de los árboles en el pasado. Aunque reciclada, conserva la inherente dureza y resistencia del roble, siendo valorada por su carácter único, su contribución a la sostenibilidad y la belleza de su envejecimiento natural.
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La madera de zoita, cuyo nombre científico es Luehea divaricata, es una madera nativa de Argentina, clasificada como semidura a dura y de peso semipesado. Su color varía entre el amarillo ocre y el castaño claro, a menudo con vetas pronunciadas que le otorgan un aspecto característico. Se destaca por su buena trabajabilidad y su capacidad para tomar bien barnices y pinturas. Si bien no es la más durable a la intemperie, tiene una durabilidad aceptable para diversos usos.